I. En un principio el profeta describe la situación de crisis que estaban viviendo (la plaga de langostas había arrasado con todo)
Ésta es la palabra del Señor, que vino a Joel hijo de Petuel.
2 ¡Oigan esto, ancianos del pueblo!
¡Presten atención, habitantes todos del país!
¿Alguna vez sucedió cosa semejante
en sus tiempos o en los de sus antepasados?
4 Lo que dejaron las langostas grandes
lo devoraron las langostas pequeñas;
lo que dejaron las langostas pequeñas
se lo comieron las larvas;
y lo que dejaron las larvas
se lo comieron las orugas.
10 Los campos yacen devastados,
reseca está la tierra;
han sido arrasados los cereales,
se ha secado el vino nuevo
y agotado el aceite.
II. Ante esta realidad, la actitud del pueblo de Dios no debe ser la de simplemente quejarse como los demás, sino unirse en un clamor al Señor, con ayuno, con arrepentimiento, rasgando el corazón en lugar de las vestiduras.
Joel 1: 14 Entréguense al ayuno,convoquen a una asamblea solemne.
Reúnan a los ancianos del pueblo
en la casa del Señor su Dios;
reúnan a todos los habitantes del país,
y clamen al Señor.
2: 12 «Ahora bien —afirma el Señor—,
vuélvanse a mí de todo corazón,
con ayuno, llantos y lamentos.»
13 Rásguense el corazón
y no las vestiduras.
Vuélvanse al Señor su Dios,
porque él es bondadoso y compasivo,
lento para la ira y lleno de amor,
cambia de parecer y no castiga.
15 Toquen la trompeta en Sión,
proclamen el ayuno,
convoquen a una asamblea solemne.
16 Congreguen al pueblo,
purifiquen la asamblea;
junten a los ancianos del pueblo,
reúnan a los pequeños
y a los niños de pecho.
17 Lloren, sacerdotes, ministros del Señor,
entre el pórtico y el altar;
y digan: «Compadécete, Señor, de tu pueblo.
No entregues tu propiedad al oprobio,
para que las naciones no se burlen de ella.
¿Por qué habrán de decir entre los pueblos:
"Dónde está su Dios?" »
III. Puesto que Dios es un Dios clemente y misericordioso, atenderá el clamor de su pueblo y restaurará la tierra...
2: 18 Entonces el Señor mostró amor por su tierray perdonó a su pueblo.
19 Y les respondió el Señor:
«Miren, les enviaré cereales, vino nuevo y aceite,
hasta dejarlos plenamente satisfechos;
y no volveré a entregarlos
al oprobio entre las naciones.
25 «Yo les compensaré a ustedes
por los años en que todo lo devoró
ese gran ejército de langostas
que envié contra ustedes:
las grandes, las pequeñas,
las larvas y las orugas.
26 Ustedes comerán en abundancia, hasta saciarse,
y alabarán el nombre del Señor su Dios,
que hará maravillas por ustedes.
¡Nunca más será avergonzado mi pueblo!
IV. Pero Dios no hará solamente eso (que ya es maravilloso) sino que además promete que derramará de su Espíritu sobre todo su pueblo.
28 »Después de esto,derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano.
Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán,
tendrán sueños los ancianos
y visiones los jóvenes.
¿Qué decir ante esta Palabra?
Consideremos entonces el ambiente de crisis que nos rodea y acudamos al llamado de ayunar y clamar a Dios con todo nuestro corazón; sabiendo que si lo hacemos, el Señor podrá restaurar nuestras vidas y más aún derramar su Espíritu Santo sobre nosotros.
Que Dios nos siga bendiciendo con su Palabra en estos 40 días de oración y ayuno que estamos dedicando como iglesia para buscarlo más intensamente a Él.
