Unas cuantas veces en mi vida he pasado por períodos en que me he vuelto adicto a la televisión... para luego reaccionar pensando en que no vale la pena seguir perdiendo el tiempo.
Por supuesto que también he hallado programas edificantes en la TV, pero lastimosamente son cada vez más excepcionales en la programación.
Más de una vez pensé al terminar de ver una película: ¿Y qué hubiera pasado si no hubiese visto esta película? ¿Qué tal si hubiese hecho algo que valga más la pena en estas dos horas?
Algo muy distinto me sucedió tras ver, por ejemplo, la película que estoy recomendando en este momento. Se trata del filme basado en la historia real de los misioneros pioneros entre los Aucas, también llamados Huaoranis.
Esta película la pueden ver y descargar en http://vervideoscristianos.blogspot.com/2009/04/punta-de-lanza-pelicula.html
A continuación copio el comentario que aparece en http://lavozeneldesierto.com
En estos días estoy leyendo el impactante libro testimonial ‘A Punta de Lanza’ -The End of The Spear’, en inglés; el cual presenta un testimonio vivo de los efectos que el mensaje de la Cruz puede tener todavía para este mundo actual, no sólo para nuestra cultura occidental, sino para aquellos pueblos que hasta hace poco todavía se encontraban en la edad de piedra.
Uno de ellos son los Huaoranis, que en 1956 sacrificaron a 5 misioneros de Alas de Socorro en la selva de Ecuador en un fatídico desencuentro que tendría repercusiones eternas que sólo son comprensibles dentro una reflexión a posteriori, cuando 5 décadas despues el pueblo se ha convertido a Jesucristo y han dejado de ser uno de los mas sangrientos de la tierra.
La incansable labor de Rachel Saint, y a partir de los 90’s de Steve Saint y su familia permitieron ver este fruto dentro de un parámetro en donde ‘lo insensato de Dios es mas sabio que los hombres’. Esto es sumamente patente en la imagen adjunta, donde encontramos a Steve Saint abrazando a Mincayani, a quien considera como su padre y abuelo de sus hijos. Mincayani fue quien mató al padre de Steve en 1956.
La Voz en el Desierto
