Una fuerte impresión

No sé qué pasa contigo cuando ves este breve video, pero al menos a mí me causó una fuerte impresión.

Me impactó ver y oír la reacción de los presentes en esa iglesia. Me imaginé que sería terrible estar viviendo lo que ellos están experimentando. ¡Qué impotencia al ver que se está cayendo la imagen y que no se puede hacer nada para evitarlo! ¡Qué frustración al notar que la imagen no puede pararse por sí misma!

Desde luego, todo esto me hace recordar los muchos pasajes de la Biblia acerca de la orden -dada por Dios mismo- de no inclinarse ante las imágenes. Por ejemplo, puedo citar lo que dice la Biblia de Jerusalén (una Biblia Católica Romana):

Los diez mandamientos

Éxodo 20

1 Entonces Dios pronunció estas palabras:

2 Yo soy el Señor, tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar de esclavitud.

3 No tendrás otros dioses delante de mí.

4 No te harás ninguna escultura y ninguna imagen de lo que hay arriba, en el cielo, o abajo, en la tierra, o debajo de la tierra, en las aguas.

5 No te postrarás ante ellas, ni les rendirás culto; porque yo soy el Señor, tu Dios, un Dios celoso, que castigo la maldad de los padres en los hijos, hasta la tercera y cuarta generación, si ellos me aborrecen; 6 y tengo misericordia a lo largo de mil generaciones, si me aman y cumplen mis mandamientos.

Nueva sátira contra los ídolos (subtítulo de la Biblia de Jerusalén)

Isaías 44

9 Los fabricantes de ídolos no valen nada, y sus obras más preciadas no sirven para nada; sus testigos no ven ni conocen nada, para su propia vergüenza.

10 ¿Quién modela un Dios o funde una estatua, que no sirven para nada?

11 Sí, todos sus devotos quedarán avergonzados, porque esos artífices no son más que hombres. ¡Que se reúnan todos y comparezcan! ¡Sentirán espanto y confusión a la vez!

12 El herrero forja la imagen, la trabaja al fuego y la modela con el martillo: la trabaja con su brazo robusto. Después siente hambre y decae su fuerza; si no bebe agua, queda agotado.

13 El carpintero toma las medidas con la cuerda, diseña la forma con el estilete, la trabaja con el cincel y la dibuja con el compás; le da figura de hombre y la belleza de un ser humano, para que habite en una casa.

14 Él en efecto, cortó algún cedro, o tomó un roble y una encina que había dejado crecer entre los árboles del bosque, o plantó un abeto que luego la lluvia hizo crecer.

15 El hombre se sirve de ellos para hacer fuego, los toma para calentarse y también los enciende para cocer el pan. Pero, además, hace con ellos un dios y se postra ante él; hace un ídolo y lo adora.

16 Él hace arder al fuego la mitad de la madera, y asa la carne sobre las brasas; luego come la carne asada y se sacia. También se calienta y exclama: "¡Voy entrando en calor, mientras miro las llamas!".

17 Con el resto, hace un dios, su ídolo, y lo adora; se postra y le suplica, diciendo: "¡Líbrame, porque tú eres mi dios!".

18 Ellos no saben ni comprenden, porque tienen tan tapados los ojos y el corazón, que no pueden ver ni entender.

19 Ninguno reflexiona, ni tiene conocimiento e inteligencia, para pensar: "Quemé la mitad al fuego, hice cocer el pan sobre las brasas, asé la carne y la comí, y con el resto, haré una Abominación: ¡Voy a adorar un tronco de árbol!".

20 ¡Él se alimenta de ceniza, su corazón engañado lo extravía! Ya no puede librarse ni decir: "¿No es una mentira lo que tengo en mi mano?".

Después de leer textos como estos, no me explico de dónde viene esa práctica de hacer imágenes de santos por ejemplo, o de María, de de Jesús mismo. He leído de fuentes católicas que ellos no adoran esas imágenes, pero en Éxodo 20: 5 dice que ni siquiera debemos postrarnos o inclinarnos ante ellas.

Lo que dice isaías 44: 20 también me impresiona: habla del corazón engañado que impide que se dén cuenta de que se trata de una mentira...

Entonces la situación es bastante seria, ¿cierto?

Estoy escribiendo desde Iquique, una ciudad marcada por la veneración a la Virgen de La Tirana y a San Lorenzo de Tarapacá. Pienso que una de mis tareas y tarea de quienes adoramos sólo a Dios -y que aceptamos la mediación única y exclusiva de Jesucristo- es orar más por los muchos que están yendo en pos de ese engaño. Así sea.

Pastor Santiago Castro Leguizamón.